domingo, 19 de febrero de 2012

Noches Largas

No se si fue el calor, el tener los tiempos corridos por la licencia o las cantidades ridículas de café, pero ayer no podía dormir. Vi como de a poco amanecía por la ventana de mi cuarto, pensaba demasiado, no podía callar a mi cerebro y pasé la noche pensando e imaginando.

Lo divertido fue imaginar sin sentido, de golpe mi imaginación muto y se puso a hacer lo que quería, en una primera etapa todo era negro, pero lo que podía distinguir era hermosos, fantástico. Después cambió todo, todo era blanco pero horrible, era como algo que solo podía salir del esfuerzo combinado de Dalí y Giger.

El problema de pensar sin tener un tema, es que el cerebro agarra para cualquier lado, miento, no es necesariamente un problema, podemos llevarnos lindas sorpresas de esta forma, ayer no fue el caso.

El primer tren de pensamiento en el que me subí trataba del hombre y su relación con el entorno, en lo realmente difícil que es no sentirnos el centro del universo cuando nuestra única experiencia de ser nos coloca necesariamente en el centro de todo. Y después pensé en mi, pensé que hay gente que no se tropieza con la misma piedra dos veces, otros que si y otros que se quedan mirando a la piedra y no dejan de pensar sobre cómo se la llevaron puesta, todo lo que podrían haber hecho para que no pasara y donde estarían si nunca se hubieran tropezado.

Y después pasé el resto de la noche pensando en piedras.

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